¿Hay que usar mascarilla
para leer un libro? ¿Corremos auténtico peligro de contagiarnos de cultura y
sabiduría si no nos protegemos de la literatura? Algún sesudo dictará las
normas pertinentes y dirá que “depende”. En realidad, la única manera de dar la
espalda al saber y a la cultura es leyendo con gafas de madera, es decir,
practicando la no lectura.
El conocimiento no está
únicamente en esa filosofía del pastor que reflexiona sobre lo divino y lo
humano mientras mira a sus cabras pacer sentado él bajo un árbol. El
conocimiento está por doquier, allá donde queramos tomarlo, como un fruto
maduro y generoso que nos es ofrecido. ¿Cómo resistirse a tal regalo?
No se ofendan los no
lectores, este es un post de libros y va de invitar y animar al personal a leer,
así que… ¡no sigas leyendo si al final no vas a leer!
Os comparto un breve
resumen de lo leído en Mayo, Junio y Julio. Sin mascarilla y guardando las
debidas distancias, que la lectura –como los grandes placeres- no precisan de
tumulto alguno.
Lecturas livianas: (para pasar el rato y sin que
inviten a la reflexión profunda)
“Los
solitarios” de Álvaro
Arbina (2020) Una novela negra de categoría. No lo conocía y quiero
disfrutarlo. Trama inteligente y atrapante sobre el lado oscuro del ser. 8/10
“El negociado
del yin y el yang” de Eduardo Mendoza. (2019) Novela entretenida además de inteligente,
con el humor cáustico típico del autor. Vale la pena. 7/10
“La lengua de
los secretos” de
Martin Abrisketa (2015) La mirada infantil de la guerra civil desde las minas
de Arrigorriaga, como si fuera un juego de niños con final mortal. Un libro
“bonito” de leer escrito con sentimiento.7/10
“Loba negra” de Juan Gómez-Jurado (2019) Nos enganchó con
“Reina roja” que fue todo un bombazo. Este no le llega ni a la suela del
zapato. Qué pena, con el poder que tenía como escritor y con tan buenos
personajes. 6/10
“Las viudas
de los jueves” de Claudia
Piñeiro (2005) Está escrito en “argentino” y apuntala una trama superficial de
gente rica y superficial, ejemplos del postureo de los nuevos ricos que
es igual aquí que allá. Muy poca cosa.
5/10
Lecturas
enjundiosas: (que ayudan a incrementar el acervo cultural a la vez que
estimulan el intelecto)
“Los recuerdos del porvenir” de Elena Garro. (1963) Disfrutando de la gran personalidad de esta
mujer que hizo de todo y todo lo hizo bien a pesar de la mala época que le tocó
vivir. Otra gran mujer a la que algunos se empeñan en recordar como “la mujer
de”. Pionera del realismo mágico, muy a su pesar. Una mexicana para conocer. 7/10
“A corazón abierto ” de Elvira Lindo (2020) Autobiográfico. Si no supiéramos quién es Elvira
Lindo la historia de la vida de esa niña/mujer/escritora pasaría sin pena ni
gloria. Pero el morbo, ay, el morbo, de saber quién es y con quién está
casada…tiene mucho tirón. Incide muchísimo en la figura del padre y ahí está el
quid de la cuestión: nadie se libra de la herencia recibida.
7/10
“El espíritu
del tiempo” de
Martí Dominguez (2020) Eugenesia nazi. Durísimo, hay que elegir el
momento. 7/10
Los
inmortales” de
Manuel Vilas (2012) Un ejercicio de inteligencia imaginativa para quien tenga
ganas de leer cosas “raras” pero atrapantes. Lo mezcla todo pero con
gracia.6/10
Lecturas con peso específico: (para
sustraerles la sustancia a base de neuronas.)
“Sapiens” de Yuval Noah Harari (2014) Se ha vuelto a poner de moda este libro de
divulgación histórica que nos enseña mucho más de lo que habíamos aprendido en
el colegio. Ameno (casi) como una novela, instructivo como una clase magistral.
Ideal para leer en la cama sin dormirse.
9/10
Lecturas atragantadas: (que pretendían ser
interesantes y que no he podido llevar a
buen puerto o que me han dejado estragada)
“Los libros
arden mal” de Manuel
Rivas (2006) Raro, rarísimo. Empezado hace años y retomado de nuevo con el
mismo frustrante resultado. No he podido. ------------------
“El fuego
invisible” de
Javier Serra (2017) Otro “gran premio” que me resulta infumable. A trancas y
barrancas he llegado hasta la mitad, pero qué aburrimiento de trama de griales
y misterios de tres al cuarto. Menos mal que era prestado.
------------------
*La puntuación es fruto de
una opinión personal que no tiene más valor que el que uno le quiera dar…
Felices los felices
LaAlquimista
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