miércoles, 11 de noviembre de 2020

El virus como lotería

 

El virus como lotería

6

He comprado ya la Lotería de Navidad, antes de que se me cruce el cable y concluya, como todos los años, que es dinero arrojado a la hoguera de las ilusiones. Pero como siempre pienso –con acertado sentido común- que “a alguien le tiene que tocar” ahí he dejado unos cuantos euros para compartir con mis hijas.

Efectivamente, “a alguien le tiene que tocar contagiarse de la Covid-19 en una lotería que funciona de manera aleatoria además de seguir rigurosamente la Ley de Causa y efecto que se nutre tanto de las casualidades como de las causalidades. Ahí está la madre del cordero, que la lógica no funciona tanto como la Ley de Murphy.

Esta lotería no queremos que nos toque, eso seguro, no hay nadie tan torpe ni tan estúpido, entonces… ¿por qué compramos los décimos, por qué “jugamos” si el premio es la enfermedad e incluso la muerte…?

Me niego a hacer oídos sordos a esas noticias de gente “fuerte y sana” que se ha contagiado, que está gravísima e incluso que ha fallecido. Aparte de pensar en el dolor que han padecido y en el sufrimiento que queda para siempre en sus allegados, no puedo evitar mi pequeña reflexión sobre la  fuerza de este virus que no distingue entre jóvenes y mayores, ni entre sanos y enfermos, ricos y pobres ni mucho menos entre inteligentes e imbéciles.

Porque ahí estamos todos, expuestos a que se nos cuele por cualquier rendija de la vida cotidiana un virus que es el enemigo total y absoluto de toda la humanidad en estos momentos. Si fuera un gas letal que flotara en el ambiente… ¿acaso no cerraríamos puertas y ventanas? ¿Acaso no nos protegeríamos a nosotros mismos y a los nuestros de la manera más estricta y efectiva posible?

Vuelvo a retomar el hilo de mi reflexión pensando en la pareja de un familiar directo que está luchando por su vida en la UCI, mientras cruzamos los dedos o rezamos -cada uno a su manera- para que consiga salir de ésta. Pienso también en la hermana de una querida amiga que sigue padeciendo las consecuencias de haber pasado la Covid-19, curiosamente, sin haber contagiado a nadie de su familia directa. Y pienso en los amigos que están encerrados en casa, ella en una habitación y él en otra, cuidando el que está “limpio” al que se contagió, sin saber cómo ocurrió ni por qué tuvieron la mala suerte de que les tocara a ellos que siempre iban con mascarilla y no se reunían más que con la propia familia.

A mí no me ha tocado (toca madera) ni a mis seres queridos; pero somos muy conscientes, MUY CONSCIENTES, de que esto es una lotería perversa en la que te puede tocar incluso aunque no hayas pagado por una participación. Ya ni te cuento si te la has jugado consciente… o estúpidamente.

Lo veo cada día en las terrazas de la ciudad, la alegría y despreocupación de quienes se toman sus aperitivos, sus rondas de siempre, sin distancia de seguridad (pensarán que forman parte de una “burbuja de amigos” inmunes), con las mascarillas de adorno. Pienso que seguirán haciéndolo hasta que cierren los bares, esos templos intocables, hasta que nos confinen de nuevo en nuestros domicilios…o hasta que  alguno de la cuadrilla se ponga a morir en el Hospital.

¡Qué jolgorio ayer en el barrio con cada golazo de la Real! ¡Saca otro patxarán! ¡Qué arriesgados somos! ¡Qué absurda inconsciencia la de jugar a la lotería de la Covid-19! ¡Qué soberbios en la creencia de que somos inmortales! Y sobre todo… ¡qué ejemplo para nuestra juventud si somos los propios adultos mayores los que aparcamos la prudencia durante unas horas por no hacer el mínimo sacrificio solidario que nos está exigiendo la terrible realidad!.

Así que, como cada día que pasa entiendo menos  ciertas actitudes individuales me centro en las mías, en las que atañen a mi persona y de rebote a la comunidad en la que habito. Me cuesta muchísimo y además me afecta emocionalmente no relacionarme con mis amistades como antes, pero las circunstancias requieren una profunda reflexión y una toma de conciencia inapelable. No me apetece jugar a más lotería que a la de Navidad…

Felices los felices.

LaAlquimista

También puedes seguir la página de Facebook:

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario