jueves, 20 de abril de 2023

IMSERSO.- "El viaje a ninguna parte" (4)

 

IMSERSO “EL VIAJE A NINGUNA PARTE” DÍA 4

*Conejito Viajero” congelándose de frío en una calle de Candelario.

CANDELARIO, HERVÁS, ALBA DE TORMES.

Candelario es un pueblo pequeño y precioso. Y muy famoso, precisamente por sus fiestas de La Candelaria que se celebran el día 2 de febrero, es decir, el día en que estaba prevista la excursión. Pero la han adelantado para que no coincida la visita con el jolgorio y de esa manera torticera nos llevan a ver un pueblo helado, casi desierto, a subir y bajar sus cuestas empedradas, y en el que los bares abren a partir de mediodía –excepto uno, precisamente con atento propietario de Bilbao-. Otra excursión al filo de la mañana, con calles con hielo, y donde me siento turista experimentada al sacar mi bastón para no resbalarme y romperme la crisma.

Yo me imagino a los dignísimos habitantes de Candelario riéndose por lo bajini, tras sus ventanas con vaho, de esa troupe de dignísimos pensionistas que “apatrullan” unas calles desiertas sin más incentivo que el de visitar su hermosa iglesia y que les CUENTEN la fiesta  que van a celebrar al día siguiente. Preguntada la guía por el motivo del cambio en el día de la visita nos explica que, precisamente, se ha adelantado para no coincidir con la fiesta, que entonces el autocar no puede acercarse a la plaza…y no sé qué más justificación peregrina. Un maravilloso conjunto histórico-artístico desperdiciado; también es mala pata… hacer 75 kms. para tan poca cosa. 

 

*Candelario. Esperando la fiesta.

 

 

 

 

 

 

* Cuestas y más cuestas en Candelario.

 

*Puertas típicas para que no entren los animales en las casas. De cuando los animales andaban sueltos por el pueblo…

HERVÁS (CÁCERES)

Como todo está logísticamente estudiado para hacer tiempo hasta la hora de la comida, ponemos rumbo a Hervás (que ya es provincia de Cáceres) para visitar desde fuera la torre de la iglesia y el barrio de la judería. Mientras un grupo decidió ir a La casa de los cactus yo me decanté por el Museo Pérez Comendador-Leroux. (Más que nada porque después de haber visitado el de César Manrique en Lanzarote pensé que ya había habido cactus suficientes en mi vida.)

Disfruté de este Palacio-museo y de la interesante exposición del matrimonio de artistas formado por Enrique Pérez Comendador y su esposa Magdalena Leroux. Yo es que soy muy de museos y del arte en general y agradecí el rato distendido de silencio contemplativo (todo el museo para mí solita), y el sosegado deambular por sus caldeadas estancias. Hervás merece mucho más que una parada de un par de horas, pero los horarios estrictos no lo permitieron. 

 

 

 

 

 

 

 

 

* Una calle cualquiera.

  • Cartel de la exposición de Pérez Comendador.

 

 

La cita para comer fue en lo que se da en llamar “en medio de ninguna parte”, en una gasolinera de la carretera. Los menús acordados para los grupos del Imserso van sujetos a un presupuesto ajustadísimo, tal y como se puede colegir de la calidad de los platos ofrecidos. Menú cerrado a expensas de la amabilidad del encargado de turno (tuve mucha suerte) que me ofreció un puré de verduras y un trozo de pescado en vez de las patatas con cerdo y el magro con pimientos que tuvo que trasegar el resto del grupo. Al final, casi como que me daba vergüenza pedir algo diferente (no soy carnívora en absoluto), pero tengo bien sabido que pedir es gratis y el no ya lo tengo, así que tiro la caña a ver si pican.

ALBA DE TORMES.-

Con la comida en la boca enfiló el bus la dirección de Alba de Tormes -84 kms.- para visitar la villa donde reposan parte de los restos de la Santa de Ávila; concretamente, un dedo y dos uñas de los pies (o algo así). Hago bromas sobre el tema porque parece que le hicieron la autopsia a la pobre y se repartieron vísceras y huesos por las iglesias del orbe cristiano, sin contar lo que tenía el dictador en la mesilla al lado del orinal. Otra iglesia más para la saca con muchas estatuas historiadas. He leído de Santa Teresa, las “Moradas”, el “Camino de perfección” y su vida y milagros. Un personaje lleno de enjundia y aprendizajes y testigo de una época tremebunda para la mujer. Visitar su “tumba” –que no es tal- me ha dejado tan fría como el aire que corría por las calles del pueblo.

El otro atractivo turístico es el mal llamado “Palacio o Castillo de los Duques de Alba”, del que no queda en pie más que un torreón y las RUINAS. El viento azotaba a quienes tuvieron la osadía de ascender por su escalera de caracol para disfrutar del paisaje desde la atalaya ventosa. Yo me refugié en la oficina de Turismo donde la calefacción reinaba esplendorosamente. Visto lo que había que ver, nos volvieron a dar hora y media de “tiempo libre” que ocupamos desperdigándonos por los bares que fuimos encontrando.  Aún quedaban 77 kms. hasta el “campamento base” y es cosa mía preguntarme por qué no volvíamos ningún día a una hora decente sino siempre echando el bofe para llegar a tiempo para la cena. Misterios de la logística y organización de Mundo Senior –organizador e intermediario del viaje-. En fin, ya digo, cosas mías…

Decidí saltarme con pértiga la excursión del día siguiente (Ciudad Rodrigo y La Alberca) ya que comprendí que no me perdonaría haber estado (teóricamente) seis días en Salamanca y marcharme sin visitar los monumentos y museos que tenía en mente visitar, así como dar un relajante paseo por las riberas del Tormes…Por lo que decidí guardar la segunda parte del “Salamanca, sola y a mi bola” para el quinto día del viaje, previa comunicación a la guía del grupo, quien muy profesionalmente me recordó que si me quedaba en el hotel no tendría derecho a la comida. Me acosté relamiéndome del gusto del día que me esperaba en Salamanca…

Felices los felices.

LaAlquimista

Te invito a visitar mi página en Facebook.

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario