lunes, 19 de julio de 2021

Hablar con cualquiera

 

“Hablar con cualquiera”

Soy de esas personas que no desaprovechan una oportunidad si piensan que van a sacar beneficio; no hablo de un interés espúreo sino de experimentar la conexión humana con mis semejantes. Así que no necesito que me presenten oficialmente a alguien para entablar una conversación porque soy de ésas que “hablan con cualquiera”. Y a mucha honra, oiga.

Voy paseando de buena mañana por la playa semi-desierta y le pido a un señor que viene en dirección contraria que me saque una foto para Instagram y él se aplica a la cosa mientras yo le digo que espere a que “meta tripa”, y que me saque guapa y luego ya si eso le digo que qué bonita está la mañana y a partir de ahí… lo que surja.

Ahora que tengo perrilla que pasear (Gaia, una extrañamente rubia Chihuahua) ya he pegado la hebra en el paseo marítimo de “mi otro mar” con una “chica” de mi edad que va atada a una caniche y mientras nuestras amigas perrunas cabriolean, corren y hacen como que se muerden, nosotras hemos coincidido en algunos gustos y nos hemos acercado al chiringuito de la playa a disfrutar de las vistas, una cerveza fresquita y un rato de charla.

Esta mañana, sin ir más lejos, he conocido a un ingeniero de los que diseñó Port Aventura en 1995 y que me ha contado muchísimas cosas interesantes, como que en las excavaciones encontraron dientes de marrajo fosilizados (tiburón joven) en una zona que hoy en día está llena de roca durísima. Me ha hablado de su familia, su origen, su vida y alguno de sus milagros. Yo le he correspondido con unas pocas pinceladas de la mía –sin abusar, porque se aprende escuchando al prójimo no escuchándose a uno mismo- y cuando ya estábamos blanditos como los garbanzos en remojo, hemos salido del mar y después de darnos una ducha fresquita, él ha tirado por su lado y yo por el mío.

Momentos así me alegran el día y, en general, parte de la vida. ¡Qué manía tenemos de quejarnos de que estamos solos! ¡Si es porque queremos! Estoy de acuerdo en que no se puede ir por ahí dando la brasa a cualquiera con quien nos tropecemos, pero… ¿de verdad que no nos pasamos de frenada con tanto individualismo de tres al cuarto?

Hace pocos días estábamos paseando mi hija y yo por el paseo marítimo de “nuestro otro mar” y se paró a saludarme un matrimonio de mediana edad. Que si qué tal y qué guapa tu hija (“¿ésta es la alemana?”), que si vamos a cenar al pueblo a un sitio estupendo y vosotras a dónde vais… Y entonces ella, la señora, ante la cara de estupefacción de mi rubia le añade: -“Nos conocemos de saludarnos por la playa cuando paseamos por la mañana, nada más, pero ya ves…”

Yo hablo con cualquiera, lo confieso y doy fe de que he comenzado relaciones de amistad con perfectos desconocidos de esa manera. Hay mucho por ganar y poco que perder… ¡seamos valientes!

Felices los felices…y los que se comunican.

LaAlquimista

También puedes seguir la página de Facebook:

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario