martes, 31 de diciembre de 2013

Copos de nieve




Cuando nieva se para el tiempo al otro lado de la ventana; el cielo se convierte en un lienzo de blancos imposibles, el monte funde sus verdes oscuros con grises claros inventados, como si un pintor ungido por el don divino pariera una paleta de colores inefables hasta llegar al blanco roto del manto níveo.

Cuando nieva se para el tiempo en este lado de la ventana; nada puede hacerse excepto inventarse frente al cristal, aprehender el momento en un único pestañeo, dibujar un corazón desvaído en el vaho , sentir y no pensar, ver nevar.

Ese tiempo detenido con la mirada perdida, sintiendo o tal vez recordando otros tiempos, otras luces, otras nieves menos frías. Uno tiende a abrazarse y sujetar el calor, levantar la vista hacia lo alto, lanzar un suspiro hacia lo lejos, ahogar un quejido hacia lo hondo.

La nieve marca el umbral entre la felicidad y la melancolía, la lucha entre el cálido cuadro hogareño y el paisaje helado que también alberga el corazón.

Ver nevar estando solo es de lo más triste que hay.

En fin.
LaAlquimista


Dos minutos de poesía.-

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que en verdad siente.

Y quienes leen lo que escribe,
en el dolor leído sienten,
no los dos que el poeta vive
sino sólo aquél que no tienen.

Y así por las vías rueda
entreteniendo a la razón,
el tren de juguete con cuerda
al que llamamos corazón.

(Autopsicografía. Fernando Pessoa)
Fotos. C.Casado

Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com

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