miércoles, 11 de noviembre de 2020

¿Adaptarse o morir?

 

¿Adaptarse o morir?

0

Las teorías de Darwin siguen teniendo predicamento, sobre todo cuando quien las enarbola lo hace porque tiene la intención de arrimar el ascua a su sardina. Es decir, que las “teorías” en cuanto a tal, todavía no han superado el examen crucial que las convertiría en “Ley”, así que está permitido ponerlas en duda…y en solfa si es preciso.

Porque a veces hay que adaptarse para no morir y a veces, no. Los esclavos se adaptaron a la esclavitud y todos sabemos cómo acabó la película, por no citar otros ejemplos tristemente similares y de más reciente cercanía histórica.

Me rechina este tema porque últimamente son demasiadas las voces que claman sobre la necesidad de ADAPTACIÓN (así, con mayúsculas) habida cuenta de la que nos está cayendo encima con el coronavirus. Entiendo que todos nos defendemos como gato panza arriba cuando de preservar nuestra integridad física se trata, pero es bastante desconcertante que se juegue con uno y su contrario en la misma mesa. Es decir, que un día el remedio o la prevención esté en un extremo y al siguiente en el otro. Desconcertante, ya digo.

Por eso me planteo seriamente si debo adaptarme a TODO lo que me están diciendo que me tengo que adaptar por mi propia supervivencia y la de la especie. También una tiene su cerebro pensante –de momento- y cuando los cables amenazan con cortocircuitarse por recibir –ya digo- opiniones u órdenes contradictorias me obligo a parar y desconectar. O como se hace en informática: apagar y volver a encender.

Si dicen que hay que restringir lo máximo posible los encuentros familiares y sociales, me están condenando a una soledad no elegida. Si aconsejan “no tocarse ni con un palo”, me abocan al ostracismo emocional y a que mi cuerpo se convierta en momia antes de tiempo. Si me meten el miedo en el cuerpo para que no me acerque al ambulatorio aunque tenga una infección de orina o un terrible dolor abdominal me están condenando a desarrollar patologías que podrían ser contenidas sin lugar a dudas. Si me dicen que no me fíe de nadie porque cualquiera puede contagiarme del coronavirus me están despojando de mi cualidad de ser humano con capacidad para la generosidad, la bondad y la solidaridad.

No sé yo si es buena idea adaptarse a esas normas y reglas para sobrevivir; no sé yo si es ético que se manipulen de esa manera las mentes que son proclives a ser manipuladas, aunque todos sabemos que es mucho más fácil engañar a alguien que convencerle de que ha sido engañado. Y cuando utilizo la palabra “engaño”, quiero decir cuando se quiere hacer creer a alguien algo que no es verdad…y se consigue.

Pero… ¿Qué es la verdad? Otro muro contra el que nos chocamos si seguimos tirando del hilo este de filosofar sobre la adaptación al medio o su contrario. Yo no me adapto porque sí a lo que me dicen que me tengo que adaptar… en el telediario. No me adapto porque veo que los que dictan las normas van como gallo sin cabeza alborotando el gallinero y tienen más interés en darle un buen picotazo al rival que en solucionar el problema que nos alcanza a todos.

Así que, mientras no se pongan de acuerdo o depongan su actitud necrófila políticamente hablando quienes están cobrando un sueldo para gestionar con acierto esta pandemia, a mí que no me pidan que me adapte al “ahora sí, ahora no” que es el mantra que farfullan a falta de otro discurso más inteligente.

Que se adapten ellos a la realidad y la reconduzcan al buen camino mediante el conocimiento científico que para eso estamos en el Siglo XXI y no en la Edad Media. (Y que me perdone Darwin por haberle metido en este berenjenal)

Felices los felices.

LaAlquimista

También puedes seguir la página de Facebook:

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario