domingo, 15 de noviembre de 2020

El amor en tiempos del coronavirus

 

El amor en tiempos del coronavirus

0

Necesito urgentemente tener contacto estrecho con alguien, lo más estrecho posible ya puestos. Es decir, estar cerca, lo más cerca viable de un ser humano vivo y preferentemente sano, sin mascarilla de por medio y durante varios cuartos de hora prorrogables. Poder interactuar con una persona sin miedo a morir en el intento, tener a mano a quien poder agarrarle la mano simplemente por el gusto de sentirnos bien. O incluso regalarnos el lujo de besos y abrazos por dejar que fluya la emoción de volver a sentir… como en los viejos tiempos. (No, no estoy tomando medicación ni me he comido una pizza de atún para desayunar)

Recuerdo ahora –no sin cierta tristeza- una década del siglo pasado en la que si dos se gustaban y uno de ellos (o los dos) era hipocondríaco tirando a histérico, podían llegar a pedirse mutuamente la prueba del VIH antes de formalizar “el roce” en plan pareja de fin de semana o lo que surgiera. Esto lo sé de buena tinta, que conste, varones muy masculinos que abominaban de los profilácticos aconsejables (“Póntelo, pónselo”) y preferían ir con la analítica en la boca. (Estoy recordando cosas estúpidas, será que me está dando el síndrome de abstinencia de la normalidad de antes)

En este contexto, igual estaría yo dispuesta a hacerme una PCR pagándomela de mi bolsillo para poder “demostrar” que no llevo carga vírica de la Covid-19 y así facilitar el camino a quien estuviera interesado en estrechar lazos con una servidora. A falta de familia que llevarme a la boca, la idea no está mal. Lástima que no sea mía, me la ha chivado un amigo que vive solo, que está solo, que no tiene perro que le ladre y que está viviendo una agonía por tener que renunciar al amor. Lloramos juntos como patos en el estanque.

“Renunciar al amor, menuda frasecita, pero no le falta razón a mi amigo al menos en su postulado de revolverse como gato panza arriba ante la imposibilidad de dejar que las hormonas (las que queden por ahí despistadas a estas alturas) se peguen la última fiesta antes de tener que auto inmolarse en un acto de fe definitivo. Tanto pelear contra la represión sexual y ahora se nos ha metido la gestapo en la cama.

Yo tampoco quiero renunciar al amor, ni a hacer el tonto con sonrisa de tonta, -mira tú Isabel Allende contando sin falso pudor su vida sexual a la luz de una vela-; mariposas en el estómago ni una por favor que de ahí te llevan a hacerte una colonoscopia preventiva, pero veo que la cosa está muy chunga desde hace ya once meses y no parece que haya luz al final del túnel. Tampoco tengo muy claro que haya túnel, más bien me parece que estamos en un desierto yermo y árido buscando todos a la vez el oasis con vacuna incluida en el pozo del agua.

El que tiene pareja se agarra a ella como los miedosos a la puerta del coche en las curvas y dan gracias refunfuñando por tener algo malo conocido en vez de algo mucho peor por conocer. Los refranes me gustan pero no solucionan nada así que prefiero tirar de la filosofía del gran Marx (Groucho): “El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida y luego ya no hay quien se lo quite de encima”.

Así que vamos a ver si ponemos a cargar la batería (ya nadie “se pone las pilas”) le he dicho a mi amigo y dejamos de gimotear creyendo que los que tienen “convivientes” son los único que están felices en estos momentos de turbación general.

Esta disquisición pseudo filosófica la tuvimos por teléfono, que el bar de abajo ya está cerrado y con mascarilla interpuesta en un banco del parque no nos sale hablar con fundamento porque nos da la risa. No hemos concluido nada que pueda ser expuesto en público más allá de darnos de alta en Tinder y Grindr respectivamente. La paradoja fastidia mucho ya que siendo tan amigos y teniendo similares intereses no podemos emparejarnos, precisamente por eso, porque tenemos los mismos gustos en esto del amor que si no…ya estaba solucionado el tema.

Lo dicho, a ver si hay suerte y nos cae algo.

Felices los felices.

LaAlquimista

También puedes seguir la página de Facebook:

https://www.facebook.com/apartirdelos50/

No hay comentarios:

Publicar un comentario