miércoles, 11 de noviembre de 2020

Mi nuevo "Forever Young"

 

Mi nuevo “forever young”

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Este año he superado mi récord de estancia en “mi otro mar”: entre el 21 de Junio y el 5 de Octubre, me he tirado casi tres meses sin despegarme del Mediterráneo y del traje de baño. En realidad he vuelto por necesidades del guion –que tengo que ir al dentista sin falta-, pero me hubiera quedado todavía más tiempo, eso sí, previa compra de un relleno nórdico que las noches ya empezaban a ser húmedas y frías. ***

He vuelto conduciendo por la autopista –cosa poco habitual en mí- pero como era día lunes no estaba por la labor de jugármela adelantando los cientos o miles de camiones que se lanzan a la carretera al principio de semana. Y es que me gusta conducir, sentir el motor del coche y su potencia, disfrutar del reprise cuando hay que adelantar, poner una emisora marchosa y hacer karaoke, mirar el paisaje, pararme en el bar de un pueblo a tomar cualquier cosa… Y luego está el consumo de gasolina que si voy por la nacional es muchísimo más bajo y los peajes… que con lo que cuestan me puedo comprar unos zapatos…

Este coche que tengo ahora me pega unos sustos descomunales porque si me desvío tan sólo diez centímetros de la línea recta de la conducción pega unos tirones la dirección, rectificando el sentido de la marcha, que las primeras veces…¡menudo subidón de adrenalina, que creía que se me había soltado algo en el eje del auto! Y el continuo pip pip pip cuando adelanto a un camión que me dice que “demasiado cerca de otro vehículo”, pero si no queda otra, que hay que rebasarlos a menos de medio metro porque no hay más sitio ya que son ELLOS los que ocupan demasiado asfalto, no yo.

Y el susto de estar hablando con el manos libres y de repente un aviso de que llevo demasiado tiempo charlando que no me vaya a despistar; o cada dos horas y media “Pausa recomendada” y otro aviso de que la temperatura en el interior del vehículo es demasiado alta (o demasiado baja) y ya, el no va más, claro, todo el rato recordándome la velocidad máxima de cada tramo de carretera que si me paso empieza a parpadear y a pitar y… ¡bueno!

Ay, dónde quedó aquel primer coche que tuve (de segunda mano justo cuando empecé a trabajar) sin cinturón de seguridad, con asientos atornillados y bien fijos, con una palanca de cambios que parecía una pica de las de Flandes y las bujías que se derretían, y la “delco” que se humedecía y las ruedas que se pinchaban…

Por cierto que este coche no lleva rueda de repuesto en el maletero sino una cosa que parece un instrumento de tortura de la Inquisición para “arreglar pinchazos”; pues que mal, espero que no me toque, aunque ahora ya ni se pinchan las ruedas que ya no tienen cámara por dentro de la cubierta como antes…

El navegador ni tocarlo, faltaría más que me tuviera que decir por dónde regresar a mi casa si me sé el camino de memoria y si hay obras o desvíos pues ya me enteraré cuando llegue…y el susto de que me llame mi hermana y aparezca su cara, así en 3D en la pantalla, como si me estuviera vigilando (que también lo hace, que conste). Y que me queda gasolina para tantos kilómetros y que no corra y que no hable y que sujete el volante con las dos manos todo el rato y que…

Esto ya no es lo que era; placeres que van quedando relegados al recuerdo de años pasados, todo es tan rápido, práctico y pragmático… De otros artilugios rápidos y prácticos que están de moda, mejor ni hablamos…

Bueno, pues que tengo coche nuevo, modelo “FY”, como dice mi consuegra mexicana con mucha más retranca que yo: ”te has comprado un Forever Young, chica, ya verás qué bien”.

Felices los felices.

LaAlquimista

*** No pongo fotografías de mi coche nuevo con mi melena al viento por aquello de no hacer publicidad de la marca. Que una es muy comedida…

https://www.youtube.com/watch?v=cTvxVO34sYo

“Forever Young” Alphaville.

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Fotografía tomada de Internet.

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