Libros en pleno invierno
Recuerdo aquellas tardes invernales de domingo, reservadas de forma sacrosanta e inamovible a la plácida lectura como prolegómeno de una nueva semana laboral… ¡Yo ya sabía que cuando me jubilara mis tardes parecerían todas “de domingo”! Y ahora, llegando al ecuador del invierno, con poca luz en la calle y menos ganas de andar dando vueltas, me sumerjo en el disfrute de la cotidiana y apacible lectura.
Habitualmente leo tres libros a la vez, según el estado anímico y la hora del día; si me despierto a las cuatro de la mañana no me voy a poner a leer un ensayo sobre economía, ni voy a leer antes de dormir una novela negra con asesinos y miedo en las venas. Por eso mis lecturas son de “su padre y de su madre”, no soy una intelectual, me basta y me sobra con ser una lectora enamorada. Un ensayo, un poco de poesía, algún relato o una buena novela, por ahí andan mis tiros…
Lecturas livianas: (para pasar un buen rato y quizás hasta para reflexionar otro rato.)
“Los privilegios del ángel” de Dolores Redondo (2009) Un libro precioso. Bonito y triste y a la vez dulce y amargo. Mucho disfrute. Es el primer libro que escribió la autora que ahora se reedita a precio bajo para que no podamos decir que no lo hemos leído. 8/10
“Un amor” de Sara Mesa (2020) Una vuelta de tuerca más al espectro del amor. Son 185 páginas que pasan demasiado rápido. Yo quería más, pero es evidente que el amor, cualquier amor, no dura. 7/10
“Espía de Dios” de Juan Gómez Jurado (2019) Esta novela me ha parecido una imitación de Dan Brown y los asesinatos aquellos en la curia romana. Se deja leer para no pensar en casi nada. 6/10
“Con el amor bastaba” de Máximo Huerta (2020) Sí, el que fue ministro de visto y no visto. Me he arrastrado por la infancia y adolescencia del protagonista. Un chaval que se llama Elio Icaro y cree que puede volar. No ha sido muy creíble ni muy fácil. 5/10
“Divina Lola” de Cristina Morató. (2017) La historia de Lola Montes, una mujer extrañamente falsa que se hizo pasar por lo que no era, queda deslucida porque la redacción de la novela es… elemental. Una pena no haberle sabido dar más dinamismo. 5/10
Lecturas enjundiosas: (que ayudan a incrementar el acervo cultural a la vez que estimulan el intelecto)
“1984” de George Orwell (Eric Blair) (1949) Relectura. Escribió su pesadilla distópica sin poder imaginar cuánta verdad contendría en un futuro que no llegó a ver. Falleció al año siguiente de publicarla. Una novela que no debería pasar nadie por alto y menos ahora. 8/10
“Sobre los huesos de los muertos” de Olga Tokarczuk (2009) (Premio Nobel 2018-2019) Todo un descubrimiento. Tan sólo hay tres novelas suyas editadas en España de diecisiete obras publicadas. Esta novela es sorprendente y apasionante (además de apasionada). 8/10
“Sospechas” de Herman Koch (2016) Un libro de trama complicada que me ha dejado con las ganas de saber, al final, quién es el “malo” en esta intriga de celos y mentiras matrimoniales. Muy bien escrito, con mucho oficio. 7/10
“Estimado Señor M.” de Hermann Koch (2014) Me estrené con este autor leyendo “Casa de verano con piscina” y “La cena” y quiero seguir disfrutándolo. Esta novela es tensa, inteligente y maquiavélica. Un reto total y absoluto hasta la última página y el último párrafo. Buen ejercicio mental. 7/10
“A propósito de nada” de Woody Allen (2020) Autobiografía. Apartando prejuicios a manotazos y aprendiendo a no juzgar he disfrutado de la historia que cuenta sobre sí mismo este genio del séptimo arte. Tiempo y dinero bien invertidos digan lo que digan los demás. 7/10 “Las olvidadas” de Àngeles Caso (2005) Mujeres creativas y artistas arrinconadas por los hombres de su tiempo…y de más allá. Necesitan recuperar su lugar en la historia del arte. Importante tarea. 7/10
“Cuentos de trinchera y retaguardia” de Javier Reverte (2020) Publicados poco antes de su fallecimiento, son cuentos de esa “guerra interminable” que relatan el lado humano de lo inhumano. 7/10
Lecturas con peso específico: para abandonarse a ellas en cuerpo y alma.
“Los bosques que llevo dentro” de Juan Goñi (2015) Es poesía al aire libre, sentimientos que nacen de la tierra, surgidos del aire, bebiendo de riachuelos. Ideal para aplacar un ánimo desanimado. Los bosques del valle de Baztán cantados y contados por un enamorado de Natura. 8/10
“Valentín Vega, el fotógrafo de la bici” (Edición de Asunción García Prendes) Un regalo precioso (y no es el primero) que me envía Gema Vives desde Oviedo. En los duros años de la posguerra, Valentín Vega Fernández (1912-1997) se ganó la vida como fotógrafo ambulante, desplazándose desde Gijón en bicicleta a los pueblos de las cuencas del Caudal y sobre todo del Nalón, donde realizó miles de fotografías con su cámara Leica. Interesante retrato de la posguerra y del control que la dictadura ejercía sobre cualquier medio de propaganda y los fotógrafos ambulantes tuvieron que padecerlo también. Una mirada en blanco y negro a una época oscura. 8/10
Lecturas atragantadas: (que pretendían ser interesantes y que no he podido llevar a buen puerto)
“Billie” de Anna Gavalda (2013). No sé qué me ha pasado con este libro que no he conseguido sacarla la “sustancia”. Lo he dejado por puro aburrimiento en la página 50. ————————————–
“Como polvo en el viento”.- de Leonardo Padura (2020) Historias de cubanos en Miami escritas con acento cubano. Muchos personajes, muy enrevesadas. A pesar de ser este autor merecedor del premio Princesa de Asturias de las letras en 2015 no me gusta nada esta novela (y tampoco el detective chapucero llamado Mario Conde). Hasta la página 50. —————
“La sombra de Poe”.- de Matthew Pearl (2006) No consigue engancharme a pesar de que lo intenta con un buen cebo: E.A.Poe, el magnífico maestro contador de cuentos. Hasta la página 50 otra vez— ——————————
*La puntuación es fruto de una opinión personal que no tiene más valor que el que uno le quiera dar…
Felices los felices
LaAlquimista
*Aquí tampoco se habla del bicho.
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