sábado, 5 de abril de 2014

Ideas inteligentes para un "finde" feliz



Para pasar un fin de semana feliz lo primero de todo hay que estar feliz y a gusto con uno mismo. Así que nos tomamos unos cinco minutos tranquilos y reajustamos el equilibrio interno, que cinco minutos son tiempo más que suficiente para pasar lista a los problemas que nos agobian –si es el caso- y separar el grano de la paja. ¿Son nuestras preocupaciones solucionables a corto plazo? ¿No? Pues las pasamos a la lista donde ponga “problemas para el futuro” y dejamos libre la casilla donde pone “posibilidades para el presente”. Es una limpieza casera y de urgencia para disfrutar de un par de días, tampoco pedimos más…

Bueno, pues ya estamos con lo que hay a mano; es decir, ganas de estar bien y dos días estupendos por delante.

¿Van a ser compartidos o serán individuales? En el primer caso no hay que meter la pata ni engañarse a uno mismo, es decir, que la compañía sea la deseada, no la impuesta. Porque si empezamos mal pues la cosa no puede salir bien, eso está claro. Sigamos. Una vez que ya hemos decidido cuál será la compañía, vamos a decidir algo que se nos suele olvidar: el porqué hacemos las cosas.

Decía Nietschze que cuando el ser humano descubre sus “porqués” siempre acaba encontrando el “cómo”. Y se puede aplicar la máxima tanto a las grandes empresas como a las pequeñas decisiones de andar por casa.

Voy a pasar un buen fin de semana porque quiero gratificarme después de una semana laboral particularmente intensa; me regalaré dos días de descanso porque mi cuerpo lo necesita, o porque mi espíritu está clamando una tregua de la lucha cotidiana. Acaso sea porque busco un receso en el tira y afloja de una relación agobiante o, lo que es aún muchísimo mejor, porque quiero agradar y hacer feliz a las personas queridas de mi entorno. (Cada cual que se apunte a lo que más le convenga o invente sus propios porqués)

Y ya no queda más que decidir el “cómo”. ¡Eso sí que es bien fácil…!

Ahí está la naturaleza a nuestro alcance, empezando a rebosar, preparando la primavera, con su regalo de montes y playas, caminos y jardines, una naturaleza que se brinda generosa para todo aquel que sepa escuchar su llamada, una naturaleza armoniosa con la paz que nos circunda, sin huidas, ni miedos, sin angustias, ni persecuciones. ¡Cuánto privilegio el nuestro!

Otro “cómo” bien agradable es el que se disfruta de puertas para adentro (nosotros que tenemos casas con puertas, casas cómodas, calientes, llenas de comida, de almohadones de plumas y música ambiental). Un disfrute con nosotros mismos o con buena compañía, sentirse amo y señor de los fogones por un rato, sacar la mantelería de los días de fiesta, las copas buenas, ponerse guapos y… disfrutar de unos alimentos escogidos, de una buena conversación, del calor de un abrazo, dejarse mecer por cualquier ensueño con un libro entre las manos, una buena película a media tarde, unos pasos de baile improvisados, regalar cariño sin esperar a que nos lo den…

Y finalmente, los que necesiten del dinero para ser felices, que lo utilicen, que no lo escatimen, que lo gasten alegremente para que la economía se mueva. Venga… ¡ a esquiar, a cenar fuera, al teatro, al cine, a hacer turismo durante un rato, que ahí afuera el mundo se está tambaleando y tenemos que aprovechar antes de que la onda expansiva nos alcance!

Y el que quiera entender, que entienda.

En fin.

http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com

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