martes, 1 de abril de 2014

Mi bella peluquería



El día que pierda las ganas de ir a la peluquería sabré que estoy envejeciendo de verdad, que se me está acabando la ilusión por la vida y que es el comienzo del final (siempre anunciado). Parece una tontería visto desde fuera, sobre todo cuando los hombres consideran este hecho como una obligación y un fastidio y tantos millones de mujeres ni siquiera imaginan que pueda existir tal placer. Por eso cada vez afino más para valorar los pequeños privilegios de que puedo disfrutar, no lo tomo como una rutina a la que tengo derecho sino como otra posibilidad más de ser consciente de lo buena que es la vida que me ha tocado vivir.

Nunca se me olvidará la cara asombrada de un niño africano al ver por primera vez “manar” agua de un grifo; magia y misterio inalcanzables para él, estupor ante la alternancia de agua fría y agua caliente, derroche cotidiano en nuestros hogares habitados por seres humanos “inconscientes” de todo lo que tenemos, de todo lo que nos sobra, nos desborda, nos supera…y todavía pretendemos más.

Mientras me masajeaba el cuero cabelludo mi peluquera cubana favorita, dejaba volar la imaginación envuelta en algodones de bienestar, evitando adormecerme para ser consciente de la caricia, del disfrute. Es seguro que prefiero gastar parte de mi dinero en ello que en bienes más tangibles o materiales; más placer obtengo visitando una exposición de arte, presenciando una obra de teatro, acudiendo a un concierto…placeres todos ellos efímeros, ciertamente, pero tan bellos y enriquecedores…

Mi casa no acumulará muebles y habrá telarañas en los armarios, pero mi inmenso equipaje para cuando no me queden más que recuerdos de lo que ha sido mi vida, estará compuesto por esas pequeñas cosas que hacen la vida tan agradable y que, aunque se paguen con dinero, llevan añadido un componente de cariño que es de mucho agradecer.

Y además… ¡qué guapas nos dejan! Que salimos sonrientes y con la autoestima en alza cuatro enteros. Ya ahorraré en otras cosas, pero a mí que no me quiten “mi bella peluquería”.

En fin.

http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50

LaAlquimista

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