lunes, 5 de octubre de 2015

Crecimiento personal. "¿Cambiar el mundo? Mejor me cambio a mí mismo

 

Cada vez soporto con menos paciencia y más incomodidad el discurso que introducen en la conversación esas personas que tienen opinión, juicio y crítica sobre todos los acontecimientos que hacen estremecer la superficie del planeta. Esos que se llenan la boca de adjetivos (des)calificativos y los escupen encima de los demás: de políticos, empresarios, faranduleros, artistas e intelectuales. No dejan títere con cabeza y a todos les sacan pegas y no paran mientes en denuestos continuos. Un castigo para quien tiene que escucharlos.

Son esas personas que “arreglan el mundo” en un pispás, esos listillos de barra de bar que no tienen rubor alguno en proclamar la gran cantidad de “soluciones” que ellos aportarían para dar la vuelta a los problemas de la humanidad…si a ellos les dejaran.

Como casi siempre son estultos reconocidos sin fuste alguno, no pasan sus exabruptos la frontera que separa el territorio de la estupidez del sentido común; no obstante, hay un peligro muy grande. Y es éste que nos estamos acostumbrando a pensar que “el mundo tiene que cambiar” y apartamos –como si una idea apestosa fuera- la posibilidad de cambiar nosotros.

¡Ahí nos duele a todos! Porque… ¡qué fácil es desear con todas nuestras fuerzas que el mundo –y sus habitantes- cambie mientras contemplamos la vida desde el sillón de la sala y frente a la televisión!

¿Cambiar el mundo? Con no poco cansancio he llegado a la ciénaga donde habitan la decepción y el desencanto y no me gusta sentirme así, quiero hacer algo por mí misma para cambiarlo, para cambiarme.

La HUMANIDAD con mayúsculas se compone de Humanos con minúsculas, como yo misma, una hormiguita más cuya labor puede llegar a formar parte del ejército que salve el hormiguero…de sí mismo.

Observo mi camino, las piedras que se me atraviesan, la lluvia que me moja hasta los huesos, escucho la voz que me grita desde dentro y que tanto me enseñaron a acallar con ruidos externos. Observo mis pensamientos, las ideas que producen, los actos que puedo llevar a cabo y que se me abortaban vencidos por el miedo y que descubro con no poca alegría que todavía tienen valor, que puedo mejorar mi “receta vital” añadiendo ingredientes que antes me parecían poco adecuados y dejando de utilizar otros cuyo sabor no hacía más que estragarme el estómago…y la moral.

El mundo no sé si podrá cambiar, pero yo desde luego, sí que puedo cambiarme a mí misma. Le llamo aprendizaje, evolución o crecimiento, tanto da. Lo que me importa es tener la convicción de que el cambio es posible. Y sí, sí que intento convencer a los demás de ello…

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

Apartirdeloscincuenta@gmail.com

2 comentarios:

  1. Querida Alqui,
    como me resuena oírte, y tu sabes por que!!!

    Te entiendo y te siento, por que tu ya empezaste este camino hace mucho tiempo, te aventuraste en un viaje que te fue poco a poco cambiando, y haciendo mejor persona de lo que habías sido nunca, y lo hizo, por que empezaste a entregarte y con ello, empezaste entonces a cambiar primero tu mundo, y despues el de quellos que se te acercaban.

    Abriste los ojos de algunos y eso significo abrir un poco su conciencia, y con ello el comienzo de tu trabajo fue progresivo y tenaz, hasta hoy como queda probado.

    Solo puedo agradecerte que lo hicieras conmigo, y que ese fuera uno más de loss toques de atención que yo necesitaba, para a su vez movilizarme a tu lado, y desde ahí, como tu hiciste, empezar a entender y hacer posible mi propósito, que como el tuyo, es dar y entregar todo aquello que llevamos dentro, para que entre todos, logremos que este mundo sea cada día, un poco mejor.

    Con todo mi cariño.

    Javier

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos estamos en el mismo barco, querido amigo Javier y...lo que es mejor...¡todos somos marineros!
      Abrazo con mucha energía positiva.

      Eliminar