sábado, 10 de enero de 2015

La lucidez a los noventa y cuatro años



José Luis Sampedro ha sido –y sigue siendo- uno de mis modelos a seguir. Lúcido desde siempre, coherente incluso en sus contradicciones, humano hasta reventar, representa el paradigma de unos valores que nunca debieron haberse pasado de moda.

Lo descubrí –como casi todos en mi generación- con el relato intimista, honesto y emotivo de “La sonrisa etrusca”, una historia de amor entre un viejo y su nieto que nunca he dejado de volver a leer cuando mi ánimo necesitaba de un poco de silencio interior. Cuando empecé a leer a Sampedro, él ya era una persona mayor, porque fue un escritor tardío, y nadie diría escuchándole ahora que tiene noventa y cuatro años.

Según él mismo ha confesado, la vida le ha regalado un plus a partir de aquel día del año 1995 en que sufrió una afección cardiovascular que le habría llevado a la muerte si no se hubiera interpuesto en su camino el doctor Valentín Fuster en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York; dieciséis años para seguir luchando por un mundo antiglobalización, un tiempo de regalo para dedicarlo a vivir intensamente. Años más tarde, estos dos sabios se juntaron para que fuera posible el precioso ensayo “La ciencia y la vida” al que dio forma Olga Lucas, el amor total del escritor.

Pero José Luis Sampedro es mucho más que un intelectual independiente, luchador, fuera de todo catálogo, adalid sin buscar glorias del movimiento 15-M, un “indignado” con la avaricia de los bancos y con el desdoro de los gobiernos. Es más que un economista provisto de valores humanos como la honestidad, más que un escritor leído y comprendido como dejó claro en sus cursos en la Menéndez Pelayo en el año 2003 –“he venido aquí a VIVIR cuando se me está acabando la vida” (“Escribir es vivir”)

"Tenemos no solo el derecho a la vida, sino el deber de vivir esa vida, yo he tratado de averiguar quién era yo y hacerlo totalmente", comentaba ayer mismo en la penúltima entrevista después de conocer que le ha sido concedido el Premio Nacional de las Letras.

Sé que la gente que me lee se va a alegrar” – y me he dado por aludida y alegrado en lo más íntimo porque Sampedro es un modelo a seguir en la lucidez y coherencia de su discurso.

CREDO PERSONAL



(Autor: José Luis Sampedro)



Creo en la Vida, Madre Omnipotente,



Creadora de los cielos y de la tierra.



Creo en el Hombre, su hijo,



Concebido en creciente evolución,



Progresando a pesar de los Pilatos



Que inventaron sus dogmas reaccionarios



Para aplastar la Vida y sepultarla.



Pero la Vida siempre resucita



Y el Hombre sigue en marcha hacia el futuro.



Creo en los horizontes del Espíritu



Y en la energía cósmica del mundo,



Creo en la Humanidad siempre adelante,



Creo en la Vida perdurable.



Amén


Felicidades, Maestro.

http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50/
LaAlquimista


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