Hoy va de hacer la pelota. O casi. Pues quería contar cómo me siento por las mañanas, justo en el momento ese en que la luz va invadiendo la parte oscura del cerebro y tomas conciencia de que ya está, ya has acabado de dormir y comienza un nuevo día. En ese instante de lucidez se nos viene encima el peso completo de la existencia; si es liviano o insoportable será cuestión de las circunstancias de cada cual, y también de la actitud, por supuesto.
Todos tenemos problemas, a todos nos toca atravesar por situaciones que son como calles oscuras en ciudades desconocidas y, mal que bien, hay que armarse de valor, apartar las sábanas, ponerse las zapatillas y enfrentarse al espejo del cuarto de baño. Ahí está el juez certero y severo de nuestra realidad, esperándonos cada mañana para lanzarnos a la cara –o depositárnoslo suavemente- el veredicto de lo que se ve claramente aunque lo queramos ocultar.
Personalmente siempre he intentado ser positiva, ver las cosas del lado bueno, la botella medio llena y sostengo que cada día tiene su propio afán y es ése y no otro el sentido de la vida: vivirla. Así que contesto muy sonriente a la pregunta que me hace alguna gente sobre para qué –y digo “para qué”- mantengo este blog de mis entretelas diariamente casi desde hace casi dos años. (Los psicólogos utilizan mucho ahora los “paraqués” en vez de los “porqués”)
¿Para qué escribo en el blog y contesto a todos los comentarios?
Y me sale la respuesta a borbotones, sin pensarlo apenas. Para sentirme acompañada desde por la mañana, para sentirme útil de alguna manera acompañando a los demás, para compartir mis opiniones y saber si son certeras o equivocadas, para desarrollar mi intelecto a base de reflexionar cada día sobre pequeñas cosas, para darme el gustazo de vaciar a veces la carga opresiva que guardo en el alma, para divertirme cuando empiezo a aburrirme de la vida, para sosegarme cuando estoy muy nerviosa, para preguntar lo que no sé, para contar lo que sé, para ahorrarme el psicólogo, para tener más amigos, para hablar de mis hijas, para contar mis penas y alegrías.
Y así, ad infinitum.
Por todo eso: gracias de corazón a los que estáis al otro lado de la pantalla y, leyendo o comentando, lo hacéis posible.
Tenía que decirlo.
En fin.
http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50
LaAlquimista
Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com
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