domingo, 13 de julio de 2014

Malditos Serrat & Sabina



Terrible mi inconsciencia, disfrazada de simpática noche nostálgica, la que me hizo asistir ayer al concierto de “Dos pájaros contraatacan”. Ya desde las primeras canciones noté que algo no marchaba bien…en mi interior.

Al dirigirme hacia el recinto del concierto, el Velódromo de Anoeta, saludé a muchos conocidos. Gente de mi quinta –y de la de ellos- que seguramente acudían movidos por el regustillo de poder hacer los coros de todas las canciones que iban a ser interpretadas. Gente mayor –las cosas como son-,dignas representantes de los que ahora vivimos la vida “a partir de los 50”.

Ya desde las primeras canciones se me desató la caja de los truenos íntima y personal y una vorágine de imágenes tomó posesión de mi mente al son de las viejísimas y conocidas canciones.

Recordé a quien las cantaba a coro conmigo, con el saxo de testigo de amores malditos, recordé sin querer recordar besos amargos, amores que no mueren y matan, amores de verdad y de mentira, amores, amores…

Con la música de estos dos viejos cantantes se abrieron las puertas de un baúl de recuerdos perlado de detalles, aquella noche en las fiestas del pueblo donde también nos dieron la una, las dos y las tres; aquel primer Mediterráneo compartido en una playa desierta haciendo el amor como lo hacíamos antes. Cuando todas las noches eran noches de boda y cada luna era luna de miel…hasta que se convirtieron en hiel. El pueblo de Colliure a donde fuimos a depositar versos a los pies del poeta, los diecinueve días que tardó en olvidarme a quien yo dediqué más de quinientas noches…

Serrat y Sabina fueron la espoleta de tres horas que podían haber resumido perfectamente mi vida entera. Porque yo también fui hija de una“Señora”, y “jodía con la pelota” y hubiera querido elegir mi propia vida aunque hubiera sido “con parche en el ojo”… y… que salí del concierto mohína en vez de exultante de alegría.

Como no podía ser de otra manera, he dormido inquieta y más sola que nunca a pesar de que algún fantasma se ha colado en mi cama saltando desde un huequecillo de mi corazón donde, sin yo saberlo, había seguido viviendo durante todos estos años.

Yo os perdono porque no fue vuestra la culpa de mi tristeza de ayer, sino mía por creer que la nostalgia debía de ser únicamente acariciadora. Ahora tengo que perdonarme a mí misma el mal rato que me hice pasar recordando amores que casi me matan

En fin.

LaAlquimista

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Escrito en Julio 2012





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