Este es un mundo de valientes aunque no nos hayamos dado cuenta todavía. No tenemos más que mirar a nuestro alrededor y comprobar el esfuerzo, aliento y vigor de los que el ciudadano medio hace gala para no enfrentarse a sí mismo, obviando las situaciones injustas y seguir aguantando cuanta porquería quieran echarle encima los que manejan los hilos. A ver si no es un hecho o hazaña heroica ejecutada con valor levantarse cada día a pecho descubierto para encajar cuanta ofensa o desatino tengan a bien inferir a nuestra dignidad quienes se arrogan el derecho de juzgar y condenar nuestras acciones por el mero hecho de que estas no coinciden con su peculiar manera de ver la vida. Porque aunque los demás pretendan ignorarlo, somos muy capaces de hacer uso de una expresión arrogante o jactancia de las acciones de valor y esfuerzo reafirmándonos en nuestra creencia de que nadie tiene derecho a decidir por nosotros cómo tenemos que ser ni qué reglas peregrinas tenemos que acatar.
Y me siento orgullosa de tener gallardía o arrojo feliz en la manera de concebir o ejecutar una obra literaria o artística o un pequeño blog de andar por casa sin importarme una higa la opinión de todos aquellos a los que no se les ha pedido la opinión. Porque decir cada mañana lo que se siente, desnudar el alma desde los recovecos oscuros, atreverse a realizar esa acción material o inmaterial esforzada y vigorosa que –a veces- parece exceder a las fuerzas naturales, teniendo en cuenta que lo “natural” es ocultar, callar, obviar, ningunear o criticar, malmeter, envidiar y zancadillear al otro, a los otros, a todo el que no considere verdad absoluta la preconizada por los que“saben más” que una, todo eso, es prueba de una valentía que ni siquiera el diccionario de la RAE de la Lengua consigue definir en pocas palabras puesto que se excede en acepciones varias para darle énfasis y valor al concepto de lo definido.
Como no pienso vivir otra vida que esta que estoy viviendo y no tengo más que el momento presente y lo que abarco con mis manos, no me ando con ambages porque no voy a tener otra oportunidad de ser yo misma; así que no me queda más remedio que ser valiente aunque a veces sea a mi pesar.
Feliz día para todas las personas de buen corazón y para las otras, también.
En fin.
1 de Enero de 2011.
(No hay error en la fecha. Este texto lo escribí haces AÑOS y no había tenido la “valentía” de publicarlo.)
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición
valentía.
4.f. Gallardía, arrojo feliz en la manera de concebir o ejecutar una obra literaria o artística, o alguna de sus partes.
5.f. Acción material o inmaterial esforzada y vigorosa que parece exceder a las fuerzas naturales
LaAlquimista
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