sábado, 22 de noviembre de 2014

Encuentros por Internet o la solución al aislamiento


La búsqueda de pareja a través de Internet está ligada a la falta de compañía propiciada por esta desquiciada sociedad que nos ha tocado en suerte, en la que prima la dedicación al trabajo por encima de cualquier otro interés, haciendo que la jornada laboral de muchas personas adultas se convierta en auténticos calvarios estresantes. Añadimos a esto el aislamiento natural del carácter del ciudadano –que en esta zona del Norte es peculiarmente individualista- y conseguimos vaciar el poco tiempo libre de oportunidades de conocer gente nueva, amigos o pareja.

Mas esto es como lo de los psicólogos hace unos años: que eran “loqueros” para los demás y difícilmente queríamos reconocer que también pudiéramos acudir a su consulta.

¿Quién no ha oído hablar de Meetic, Match o similares? ¿Quién en sus horas, días, meses e incluso años de soledad no ha caído en la tentación de echar un vistazo a ver qué se cuece por ahí? Yo reconozco haberlo hecho y me he quedado bien sorprendida de encontrar a varones disponibles en esta pequeña ciudad con un más que interesante C.V. a sus espaldas. Hombres –en su mayoría divorciados o viudos- que no se resisten a la soledad pero que no están dispuestos a pagar el precio de andar haciendo el tonto en los ambientes nocturnos a la búsqueda de la mujer con la que retomar el camino, máxime porque por la noche, con dos copas y la juerga encima, todos olvidamos nuestras mejores cualidades en casa.

El problema es educacional. Los prejuicios nos atenazan de tal manera que nos parece que apuntarnos a un portal de contactos es como si nos exhibiéramos en los escaparates del Barrio Rojo de Ámsterdam. ¿Poner una foto y que todos nos vean en el escaparate virtual? En cualquier caso, quien allí entre, a lo mismo que tú va, así que no hay de qué preocuparse (demasiado).

Conozco a un par de mujeres y un par de hombres que están apuntados a uno de esos portales porque no soportan más la sensación de desclasamiento social que supone en esta ciudad provinciana, pacata y criticona el hecho de estar sin pareja. Como si fuéramos bichos raros, como si estuviéramos solos porque nadie nos quiere, como si tuviéramos que conformarnos con cualquier cosa con tal de no bregar con la soledad.

Nunca he ocultado mi condición de mujer divorciada y sin pareja. Pero la verdad es que, en estos dos últimos años, no he conocido a ningún hombre lo suficientemente interesante (e interesado); dicen que los que valen la pena están escondidos en sus casas, casi con miedo de salir a la noche procelosa llena de mujeres divorciadas, de más de cuarenta años, depredadoras impenitentes a la caza de pareja. Así que igual tengo que planteármelo seriamente…

En fin.
http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50/
LaAlquimista
Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com








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