viernes, 26 de septiembre de 2014

Me va la "marcha nórdica"





Le llaman Nordic Walking y no es una moda, porque si lo fuera no me habría interesado ni poco ni mucho. La “marcha nórdica” es algo tan simple como incorporar unos bastones a nuestra actividad de andar. Esas caminatas del tiempo de ocio en las que deseamos equilibrar la mente con el cuerpo para que la salud se siga manteniendo lo más firme posible pueden realizarse de una forma mucho más beneficiosa.

No es una moda, insisto, es algo tan viejo como el hilo negro y si no que se lo pregunten a los finlandeses que realizan desde tiempos inmemoriales el esquí de fondo. Pero cuando llegaba la temporada en que la nieve se ausentaba decidieron seguir haciendo el mismo ejercicio saludable, pero sin los esquís, es decir, caminando. En este tipo de marcha se ponen en funcionamiento músculos que habitualmente están en stand by, de adorno que se dice. Al caminar ayudándonos de los bastones específicos que incorpora el Nordic Walking proporcionamos al cuerpo la posibilidad de realizar un ejercicio saludable, sencillo y más que completo. Barato también y no es tema baladí con los tiempos que corren.

Yo ya sabía de esto desde hace bastantes años porque había visto documentales y conocido a algún escandinavo que me contaba que, en su país de origen, era algo tan común y corriente como lo es aquí irse de mañanera al monte. Por cierto que bien que se extrañaban de que por estos lares en los que somos tan “sanos” y nos gusta tanto el monte no se practicara con más asiduidad.

Ahí quedó la cosa hasta que hace unas semanas descubrí que ya existe en Euskadi la posibilidad de practicarlo, APRENDIENDO PRIMERO la forma correcta de caminar impulsándose con los bastones. Y que daban cursillos. ¿Cursillos para andar con bastones? ¡Pero si eso lo sabe hacer cualquiera…!

Como casi siempre que hablo sin informarme primero, me equivoqué. Porque los bastones no son como los bastones de paseo que tengo en casa, esos que te llevas al monte cuando prevés que vas a andar más de tres horas seguidas. Son unos bastones específicos que van provistos de una dragonera donde la mano queda enganchada firmemente de forma que favorece que el peso quede repartido y equilibrado a la hora de apoyarse.

Hice el cursillo –tres horas son suficientes-, me compré los bastones –una inversión de muy poco costo- y ya me pierdo siempre que puedo por el entorno maravilloso de nuestros montes en contacto con la naturaleza y con la satisfacción de saber que estoy cuidando mi cuerpo y protegiendo mi salud. Pero también se puede realizar en los hermosos paseos con los que cuenta la ciudad (¿No habéis visto a nadie practicándolo? Seguro que sí)

En estos tiempos críticos que nos está tocando vivir, no nos queda otra que “cambiarnos el chip abrirnos a otras oportunidades y probar otras posibilidades. No siempre se pueden pagar las cuotas de un gimnasio; el Nordic Walking es gratis. No siempre hay la posibilidad de acceder a un polideportivo a estirar el cuerpo porque los horarios se nos desajustan; la “marcha nórdica” se puede practicar a cualquier hora del día y en cualquier entorno. Y para los que no disfruten con el solitario placer de una buena caminata, se van formando grupitos que, varios días a la semana, realizan recorridos por parajes casi bucólicos de Donostialdea.

Lo mejor de todo, en mi opinión, es que es “mano de santo”para las personas de cierta edad, como yo por ejemplo, que ya vamos teniendo pelín oxidadas las articulaciones y unas cuantas “goteras” que hay que controlar si queremos despedirnos de este mundo de una “sobredosis de salud”.

La “marcha nórdica” está recomendada para ayudar a solucionar problemas de articulaciones, huesos y demás descalabros que nos hemos ido haciendo a lo largo de toda una vida sedentaria (o casi). Porque fue lo primero que pregunté: “¿Y mi problema con las rodillas después del accidente con la moto?” Curiosamente, andar “a cuatro patas”, con mis dos piernas y los dos bastones, me ayuda a repartir el peso y dosificar el esfuerzo de forma mucho más correcta. (Será por eso que los animales de cuatro patas corren más que nosotros)
Que quería compartirlo porque el Nordic Walking ya ha pasado a formar parte de mi “filosofía de vida”…

LaAlquimista



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