Ayer acudí a una “cita a ciegas” en grupo. Dicho así parece que se preveía una orgía de esas que muchos creen que sólo se hacían en tiempos de los romanos, pero en realidad no iban por ahí los tiros y, por si las moscas, -que nunca se sabe lo que puede pasar- la reunión tuvo lugar al aire libre, con mucha luz pero sin taquígrafos, aunque las fotos ya están circulando.
Dar el salto de lo virtual a lo real es una de las asignaturas pendientes que se les están quedando a muchos en el tintero. Después de haber aceptado –unos mejor que otros- que la forma de comunicarnos, que la relación entre las personas ha dado un paso de gigantes con la incorporación a nuestra vida de Internet y las redes sociales, creo que hay que plantearse seriamente de qué lado de la pantalla queremos estar: si detrás del teclado únicamente o a este otro lado, donde hay caras, sonrisas, voces, personas.
Estoy absolutamente convencida de que dentro de un tiempo –pocos años espero- el acceso a foros, blogs y todo tipo de redes sociales cibernéticas estará perfectamente personalizado; es decir, que tiene que desaparecer el anonimato donde tantas veces se esconde una cierta clandestinidad. Porque nosotros vamos de legales, participando en un blog demasiado políticamente correcto y que nos depara un rato de solaz cuando nos apetece, pero existe otro mundo paralelo que hace uso de esta maravillosa tecnología para maquinar atentados, explotar a inocentes, corromper a menores, vender humo que estalla y engañar a sus semejantes.
Pero mientras llega el momento de tener un chip cibernético público o interfaz (la I.P. no es identificable para el usuario común) a un grupo de personas nos apeteció ayer “dar la cara”, mejor dicho, poner cara a algunos “nicks” de este blog. Y nos gustamos todos porque todos acudimos a la “cita a ciegas” con la mejor de nuestras sonrisas, con la naturalidad y sinceridad que da hacer uso del libre albedrío para compartirnos con los demás desde un punto un poco más cercano.
Hubo sorpresas y todas agradables; la pena de alguna ausencia que quiso y no pudo y el brindis por quienes pudieron y no quisieron. Porque el pequeño “tea party” de ayer –casualidad también con el nombrecito norteamericano- nos dará a muchos de nosotros, cada vez que abramos el blog y encontremos un comentario amigo, el regalo de ver y sentir a la persona que escribe en vez de tan sólo imaginarla.
Mil gracias de mil amores a las chicas que fuisteis generosas mostrándoos, otro tanto para los chicos, que además de generosos fuisteis valientes, -ya sabemos que para estas cosas los hombres son mucho más “coitados”. Cada uno se llevó algo de los demás y entregó algo a cambio; más allá de lo puramente material ayer compartimos unas horas de cariño y alegría que me hicieron volver a casa sintiendo lo privilegiada que soy de haber conocido a gente estupenda.
(Tan contenta estaba que ni se me hizo duro sacarle a Elur a su paseo nocturno).
Gracias a todas y a todos por vuestra amistad. Nada quiero sino poder estar a la altura.
http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50
LaAlquimista
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