domingo, 2 de febrero de 2014

"Amor vincit omnia"


El insigne Virgilio es proveedor infalible de hermosos ‘latinajos’, de esas frasecitas que todo el mundo utiliza para adornarse con un pequeño toque de distinción (touch of class), pero entrar en las profundidades de su intención primigenia es trabajo hercúleo para la mente y el espíritu.

“Amor vincit omnia”, qué fácil se lee y qué fácil se traduce; bonito para un poema, pedante para susurrarlo al oído, ¿una falacia más?,
esto hay que demostrarlo, a ver quién tiene redaños.

Ya no hablamos de amor, ni siquiera con los seres amados, ese sentimiento que –como el valor en el ejército ‘se da por supuesto’- ampara cómodamente nuestras relaciones afectivas, con la pareja, con la familia, con los hijos, con los amigos… Dejamos que los días pasen, que la vida pase, que se vaya acabando irremisiblemente, sin llevar a cabo ese pequeño acto heroico aunque sea con minúsculas.

A mí me han querido mucho –eso decían- y mucho he amado yo – o lo he intentado al menos-, pero ahora miro en el espejo a esa mujer que me mira y siento que todavía me queda mucho por amar, mucho trabajo por hacer, ‘tanto por vencer’.
Y sonrío al darme cuenta de que tengo a quien amar, de que no he apartado de mi vida a manotazos a las personas quedándome sola (como han hecho otros que sufren más que yo), que aquellos con quienes estoy y comparto la sal y la vida se merecen que se lo demuestre con más fuerza si cabe para que ellos sean un poco más felices al sentirse amados. Ahora que todavía queda tiempo.

Qué sencillo parece.

En fin.


LaAlquimista
Por si alguien desea contactar:
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