jueves, 13 de febrero de 2014

George Clooney no es bajito


Este es un blog serio, así que siga leyendo, por favor. Después del aviso pertinente, entro a por uvas.

Cuando nos reunimos las amigas y vamos ya por el tercer gintonic es inevitable que la conversación derive hacia ‘lo divino y lo humano’ y ahí entra de lleno la competición entre nuestros fetiches favoritos. No se piense que nos hemos quedado estancadas en R.R. (Robert Reford), Sean Connery y los de su quinta, que parece fuera lo lógico; actualizadas y rejuvenecidas por la buena amistad y la mejor comida entramos ‘a saco’ con los Brad Pitt, Keanu Reeves y, cómo no, George Clooney.

- ‘Pero, George, es bajito…’ dice la más ‘in’ de la cuadrilla.
- -¿Bajitooo? (coro escandalizado)
- - ‘Sí, hija, de toda la vida’.

Y lo borramos todas de la lista al unísono. (Lástima de desperdicio onírico).

Pero yo soy de las del club ‘erre que erre’ y al día siguiente, con la mente despejada y el corazón compungido, empecé a indagar.
–‘Sí, bajito, me dijo mi peluquera favorita’, imposible dudar de sus conocimientos con la ‘hemeroteca’ que guarda en su establecimiento.
-‘Ay, qué pena, con lo guapo que sale tomando café y lo bajito que es’, me informó mi prima la cinéfila que se las ha visto todas desde la salida de los obreros de la fábrica de Lyon de los Hnos. Lumière.

El ser humano está muy atado a todo en lo que cree. No busca la verdad, quiere únicamente una cierta forma de equilibrio y así se construye un mundo más o menos coherente sobre la base de sus creencias. Esto da seguridad y se ata a ello inconscientemente. (*)

Luego caigo en la cuenta de que nuestros novios o maridos o amantes son todos de una estatura ‘media’, por eso George, el favorito, ha sido reducido al tallaje justo que necesitamos para el equilibrio emocional.

Pero que conste, George Clooney no es bajito. Mide 1.80. Que lo sé yo.

En fin.

Blog escrito leyendo el magnífico libro de Laurent Gounelle “L’homme qui voulait être heureux”. (*)

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