domingo, 23 de febrero de 2014

Trucos para pasar la I.T.V. a partir de los 50




Todos los que tenemos coche (y sabemos un poquito de coches) somos conscientes del porqué de la necesidad de pasar la ITV a partir de cierta edad –del vehículo-. Y lo llevamos a rajatabla no únicamente por el multazo que te puede caer. Sabemos que un mal mantenimiento va en detrimento del aparato en sí (digamos “aparato” por motor) y que hay partes del ingenio (digamos “ingenio” por automóvil) que no admiten bromas en cuanto a sus exigencias.

En mi vida laboral he estado relativamente cerca de esas inspecciones obligatorias y siempre he escuchado chistes y bromas acerca de la similitud que hay entre el ingenio y nuestro cuerpo serrano. Ahora más que nunca, –acabada la huelga del sector- está vigente la normativa en cuestión; ¿por qué escurrir el bulto (sin alusiones) en lo que concierne al vehículo de carne y hueso de cada uno?

Los hombres lo tienen más crudo que las mujeres puesto que su “ingenio” está compuesto por partes añadidas que nosotras no tenemos –ni falta que nos hace-; me refiero a la próstata obviamente. De cintura para abajo somos bien diferentes y de cintura para arriba hay algunas diferencias anecdóticas; donde se complica ya la cosa es de cuello para arriba, mejor ni lo tocamos.

Lo que hay que mantener como sea en buen uso es el aparato (véase primer párrafo); ahí no hay historias que valgan. Si el motor se gripa hay que tirarlo; no es como antaño que se rectificaban cilindros y camisas, ahora eso no es posible. También se daba importancia a “los bajos” que te los miraban desde el foso a ver si se iban cayendo a cachos o estaban sujetos con alambre. Hoy la medicina ya ha inventado con qué mantenerlos activos. Recuerdo una masilla que se usaba para sanear roñas y rozaduras y hacer que la chapa pasara por lo que no era, un maquillaje compacto y nada desdeñable. Las mujeres sabemos bien cómo hacer un repaso de carrocería y pintura, ahí somos expertas y la colamos casi siempre.

Lo que es más difícil en estos últimos tiempos es salir airoso de esa máquina que te engancha el chasis desde el foso y te pega unos meneos alucinantes; dicen que es para ver cómo está la suspensión… y en ese tema los hombres no tienen escapatoria ni forma de disimular. El tema de las luces, pues eso…el que tiene pocas, condenado.

A nosotras nos queda, como opción nada desdeñable por lo efectiva todavía, ir a pasar la inspección en top y minifalda y aprovecharnos de si queda algún mecánico “de los de antes”.

Que las iteuves ya no son lo que eran.

En fin.

LaAlquimista
http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50/
Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com

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