lunes, 17 de marzo de 2014

Un dolor sólo para mujeres

Se me ponen los pelos de punta al hablar de este tema, pero no todo va a ser baños de espuma y compartir torrijas con el vecino. Llevo varios días dándole vueltas sin decidirme, pero como hoy estoy muy tranquila y plena de energía positiva creo que es el momento adecuado.

La Mutilación Genital Femenina (MGF) o Ablación de Clítoris, es una práctica conducente a preservar la virginidad femenina hasta el matrimonio, salvaguarda del honor y garantía de que el futuro esposo va a ser “el primero”. No importa que el método utilizado sea absolutamente traumático y una auténtica escabechina para la mujer en dos ocasiones: cuando la cortan con una cuchilla y la cosen con aguja, en una choza, en el campo, a lo bestia, a los 3 años, y cuando la vuelve a cortar el marido y la descose –cirujano carnicero- con la “cuchilla nupcial”. ¡Qué barbaridad, por todos los dioses…!

Sin embargo, no hay que olvidar que esta práctica monstruosa se realiza con plena voluntariedad por parte de los padres, siendo la madre la que se ocupa de agarrar y sostener a su criatura de entre tres y cinco años para que se lleve a cabo el ritual ancestral y asesino, pues un altísimo porcentaje de niñas mueren desangradas o a consecuencia de infecciones. Después será el marido, durante la noche de bodas, quien con una cuchilla o similar “abrirá” a su mujer – una preadolescente que justo acaba de tener su primera regla- para poder consumar el matrimonio; marido, que la habrá comprado por el precio convenido con el padre de la pobre novia –dos camellos, diez cabras- para incorporarla a su miserable familia como otra esclava y paridora más.

Son hombres y mujeres bárbaros e incultos que se aferran a una tradición de “honor” a salvaguardar; tradición que ni siquiera es religiosa, el Corán no lo recomienda (todo un detalle). Son los pueblos de Africa y de Oriente Medio que funcionan con sus propios códigos éticos y morales, obviamente sagrados para ellos; los mismos pueblos que lapidan a sus mujeres y matan a todo transgresor de una ley arcaica y deshumanizadora que continúa en vigor en el siglo XXI.

Pero no pensemos que esta barbaridad ocurre únicamente a miles de kilómetros de nuestra casa; eso es lo peor de todo, que se sigue practicando en la sociedad occidental por parte de inmigrantes que no se integrarán jamás en las costumbres y hábitos del país que les ha acogido, que les ha dado trabajo y cobijo, educado a sus hijos y curado sus heridas. No es únicamente que ocurra en África, sino que les ocurre a una gran parte de las mujeres africanas que han emigrado a Europa y cuyas familias persisten en sus salvajes ritos ancestrales. La prensa oculta –excepto la sensacionalista y para subir las ventas- esta degradación porque va en contra de los Derechos Humanos y el país que lo “permite” podría verse en apuros ante la comunidad internacional. Se combate en “petit comité”, casi a puerta cerrada, la lucha en contra de la Mutilación Genital Femenina no alcanza a la mujer normal de la calle, al ciudadano que, satisfecho, vuelve a su casa después de una honesta jornada de trabajo. Se habla de ello, si se habla, como algo remoto, de película de terror; es un tema tan desagradable que… mejor no hablar de ello.

Ni qué decir tiene que la mujer que sufre una mutilación genital, queda imposibilitada de por vida de sentir placer alguno en la realización del acto sexual y estará siempre expuesta a todo tipo de dificultades para el desarrollo normal de su naturaleza como mujer y como madre.

Desde la tranquilidad que da la distancia, desde la ausencia de dolor y miedo, me pregunto cómo pueden seguir viviendo los millones de mujeres que están siendo ultrajadas con tanta vileza, cómo trabajan, sufren, paren hijos con más dolor que ninguna, luchan, tiemblan ante el hombre, lloran por sus propias hijas, quizás amen y mueren. La edad media sigue viviendo entre nosotros para muchas mujeres…

En fin.


Referencias:

Wadis Dirie es una mujer luchadora (somalí y mutilada, además de top model y escritora) que ha llegado a ser Embajadora Especial de la ONU contra la M.G.F. Uno más de los múltiples ejemplos de mujeres que luchan hoy en día (todavía) por intentar que los Derechos Humanos sean respetados. (Película y libro “Flor del desierto” –Libros: “Amanecer en el desierto” y “Cartas a mi madre”)


La mutilación genital femenina (MGF), una violación fundamental de los derechos humanos, toma diferentes formas en distintos países: la eliminación parcial o total del clítoris (clitoridectomía), la eliminación del clítoris entero y el corte de los labios menores (escisión), o en su forma más extrema, la eliminación de toda la genitalia externa y la sutura de los dos lados de la vulva (infibulación). Se calcula que más de 130 millones de niñas y mujeres de todo el mundo han sido sometidas a la mutilación genital. Por lo menos 2 millones de niñas todos los años (6.000 al día) corren el riesgo de sufrir MGF. El corte, que en general se realiza sin anestesia, puede tener consecuencias de salud para toda la vida, incluyendo infecciones crónicas y dolor severo durante la micción, la menstruación, las relaciones sexuales y el parto. También puede producir trauma psicológico. Algunas niñas mueren a causa del corte, en general como resultado del desangramiento o la infección.


http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50

LaAlquimista

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