Un placer sólo para mujeres

Hay situaciones que, estando al alcance de hombres y mujeres, son desdeñadas por éstos y relegadas al ámbito femenino con una especie de dejación desdeñosa. Ese cajón de sastre donde los varones dejan caer todo lo que les parece no estar a su altura, ese baúl donde van a parar las “cosas de mujeres”. Pues bien.

Fui dejando que la bañera se llenara poco a poco con agua bien caliente mientras esparcía unas sales de baño de las que usan las princesas (lo digo por el perfume, un regalo bien escogido por una amiga) para luego bautizarla con un aceite de baño relajante. El gel-mousse para pieles delicadas –ésa soy yo- terminó de darle el toque glamouroso definitivo. La bañera estaba tan insinuante y apetecible que casi daba pena estropear la foto.

Puse en el equipo de música cercano un CD de la colección “Música para los amigos” , Selección de Fernando Trueba, tomé prestado del stock de mis hijas media docena de velas de tamaño pequeño, quité la luz del techo y dejé solamente la del espejo. Ya tenía mi decorado perfecto. ¿Perfecto? No, faltaba el detalle que en las películas nunca se omite, así que, decidida, abrí la última botella de cava numerado “reserva de la familia” que me quedaba de las navidades y la acerqué al antro de perdición en que se estaba convirtiendo mi cuarto de baño.

Ahorro al lector la descripción del siguiente movimiento y pasamos directamente a la segunda escena.

La cabeza apoyada en una almohadita de goma con forma de boca de Mae West, los cabellos buceando entre la espuma, Kenny Drew Jr Trio en el agua muy caliente, pequeños pinchazos vitalizadores, las velas repartidas a lo largo del perímetro de la bañera aportando el toque misterioso, degustando en pequeños sorbitos al fresquísimo cava, Phil Woods me hacía cosquillas por toda la piel de modo que cerré los ojos y me fui a los brazos de Brad Mehldau (“Song Song”); protagonista feliz de una fiesta íntima –esta escena la he visto en muchas películas, faltaba el cigarrillo- el agua por fin en su temperatura prenatal, un par de inmersiones, música bajo el agua, velas líquidas, George Mraz y su “Cinema Paradiso”…

¿Es esto o no un placer sólo para mujeres…?

En fin.

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LaAlquimista

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