sábado, 1 de marzo de 2014

Ventajas de no ir a trabajar (II) Guía para pre-jubilados



Dicen que “las penas con pan son menos” y algo parecido nos ocurre a los que nos hemos pre-jubilado y vivimos en una ciudad llena de atractivos y alicientes. Que es que te levantas por la mañana y no tienes que pensar “¿qué voy a hacer hoy?” mientras te cuentas las arrugas en el espejo; por suerte para unos y, supongo, que desgracia para otros, San Sebastián es un municipio en el que sus ediles, próceres y mandatarios se esfuerzan concienzudamente por proporcionarnos a los ciudadanos placeres diversos y gratuitos.

No hay más que salir a la calle a dar una vuelta y tropezarse con la cultura en vivo. ¿Alguien imagina una exposición de Miró, de más de 100 obras completamente gratuita? ¿O la actuación de músicos de jazz de renombre también “por la patilla”?; no nos engañemos, eso no abunda casi por ningún lado más que aquí. Así que no vale quejarse, sino que hay que aprovecharlo.

Dice un amigo mío del Sur que esta ciudad es la que más fiestas celebra de cuantas ha conocido –que son muchas-. Y debe tener razón, porque si consultas un calendario de fiestas oficial, empiezan el 1 de todos los eneros y acaban el 31 de todos los diciembres. Como para aburrirse.

Si es que te tomas una buena merienda en casa, agarras la chaquetita y el paraguas y ya tienes el plan servido. A saber: observación de fauna variada (foránea y extranjera en estas fechas), contemplación de espectáculos callejeros gratuitos (unos lamentables, otros curiosos), allá donde veamos un grupo de más de veinte personas hay espectáculo (lúdico y sin necesidad de disolverse). Y entre esto de aquí y un poco de lo de más allá, sin darte cuenta te da la hora de cenar, te fortaleces con un bocata a medias o un par de pintxos y a seguir hasta que den las uvas.

Es un factor muy importante para pre-jubilarte bien y con honra: no llevar reloj ni preocuparse de la hora durante los primeros dos meses. Erradicar de nuestro pensamiento y del vocabulario la frase: “Uy, es tarde, hay que volver a casa”. Que se nos olvida que mañana no hay que madrugar. Que las reglas, ahora, están hechas para romperlas.

En fin.

LaAlquimista

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