lunes, 27 de enero de 2014

Los malos amigos


Los malos amigos están camuflados entre los buenos; como una seta que parece comestible y es algo venenosilla y no la identificas hasta que te la has comido y tu estómago reacciona y entonces sí, entonces caes en la cuenta de que era aquélla, la que tenía una pinta un poco extraña, pero como estaba justo al lado de las buenas te la has comido también.

Yo no tengo ningún amigo malo, de eso soy más que consciente, porque cuando alguno ha habido se ha descubierto a sí mismo junto con la faena (incluso a veces ‘putada’) que me ha hecho y bueno, pues a las claras la cosa ya no se sostenía la amistad y yo soy de las que sale por piernas cuando disparan con balín.

Digo estas cosas porque el otro día una amiga me exponía sus dudas sobre la supuesta amistad de una tercera persona y yo le decía: “A ver, ¿te ha tratado mal alguna vez? ¿ha hecho labor de zapa contigo? ¿piensas que sus sonrisas son fingidas?”, a lo que mi amiga respondía, “no, no, nada de eso, pero…es que no me cae bien”. Ah. Entonces eres TÚ la que no es amiga suya. (Ella pagó la cuenta, no le quedó otro remedio).

Cómo enjuiciamos y miramos con lupa la forma en que nos tratan los demás, sus palabras, sus gestos, sus actitudes y se nos olvida mirarnos en el espejo… ¡qué fácil es sentirse herido y pasar por alto los desprecios que nosotros hacemos…¡

A ver si resulta que somos nosotros los ‘malos amigos’ y no nos damos cuenta. Voy a pensar en esto mientras me ducho.

En fin.


LaAlquimista

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apartirdeloscincuenta@gmail.com

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