sábado, 11 de enero de 2014

Sabiduría


Me ha llegado un cuentecillo de esos que andan por la red y me apetece muchísimo ponerlo aquí, porque se le puede sacar mucho jugo.

“En un pueblecito pesquero estaba un hombre de negocios viendo llegar la pequeña barca de un pescador cargada de buen pescado.
El hombre felicitó al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuanto tiempo había empleado en pescarlo.

-Oh, Pues sólo un rato-, contestó el pescador.

El otro le preguntó entonces por qué no se había quedado más tiempo para sacar más pescado, a lo que contestó el pescador que con eso ya tenía suficiente para las necesidades de su familia.

-¿Y qué hace usted con el resto de su tiempo?
- Bueno, me levanto tarde, salgo a pescar un rato, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer y luego me voy al pueblo a echar la partida hasta la hora de cenar. Tengo una vida plena y muy ocupada.

El hombre de negocios le miró con gesto burlón y le dijo:

- Mire, yo soy doctor en Economía de Mercado por la universidad de Harvard y le puedo aconsejar. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande y con el beneficio podría comprarse más barcas y con el tiempo tener su propia flotilla de barcas de pesca. Y en vez de vender el pescado a un intermediario podría colocarlo directamente al mayorista o incluso, con el tiempo, tener su propia fábrica de conservas, controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Así podría irse de esta aldea a la ciudad y luego a la capital, desde donde dirigiría su empresa en expansión.
- Ah, bueno, ¿y cuánto tiempo me llevaría eso?
- Pues de quince a veinte años.
- Mmm… ¿ y luego qué?

El hombre de negocios soltó una carcajada y le dijo que entonces venía la mejor parte porque podría vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico.

- ¿Muy rico, señor? ¿Y luego qué?
- Luego se podría retirar, irse a un pequeño pueblo costero donde podría levantarse tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, dormir la siesta con su mujer y echar la partida con los amigos hasta la hora de la cena.”

Y leyendo esto me he acordado de esa gente que dejó su pueblo y que ahora, jubilados, han vuelto a él, cansados, muy cansados, a vivir en la vieja casa en la que crecieron, pero conduciendo un cochazo.

Nunca es tarde para rectificar.

En fin
 
LaAlquimista

Foto: A.Arruti

Por si alguien desea contactar:
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