jueves, 9 de enero de 2014

Qué hacer cuando llueve


Mari Trini, reina donde las haya, sugería aquello tan bonito de - "cuando la lluvia cae, se funde el hielo" y en su símil poético resumía el milagro gozoso del tiempo húmedo convertido en ardiente -y deseada- quemadura.

Yo me quiero imaginar un día lluvioso resumiendo sus horas en la cama, sin mal aparente alguno, sin más fiebre que la del espíritu, que esa es indispensable. Una gran cama junto a un gran ventanal; al otro lado, el monte, fondo verde mojado que se vuelve loco por el abrazo constante del agua y del viento. Dejar vagar la mirada con una taza de humeante té darjeeling en la mano, sintiendo cómo el aroma de la infusión me impregna las entretelas de melancolía.

Sentir la música recién inventada del repiqueteo del agua sobre los cristales, sobre mi alma incluso, dejarme llevar por una fantasía cómoda y caliente hacia el mundo bucólico del otro lado de mis ojos. Y permitir que se cierren, favorecer el adormecimiento acompasado por la nana húmeda, volver atrás por unos minutos, maravillosos.

Sin otra necesidad, sin más deseo que sentir como se funde el hielo.

En fin.

LaAlquimista.

Por si alguien desea contactar:
apartirdeloscincuenta@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario