jueves, 9 de enero de 2014

Me estoy haciendo mayor




Hoy he vuelto a escudriñar el espejo para intentar descifrar el mensaje de los ojos de esa mujer que me mira sin mala intención. Cualquiera diría que utilizo el azogue como elemento de reflexión o filosofía de toilette, pero algunas mañanas, después de algunas noches, no estamos para gran cosa. He llegado a la época en que maduran los sueños raros y los vacíos nocturnos tienen forma y nombre de amante masculino: insomnio.

En otros tiempos, si me despertaba en mitad de la noche solía ser por causa aparente, ninguna pesadilla metafísica rondaba mi lecho protegido de las profundidades del alma por lo profundo del sueño. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, coincidiendo con cierta efemérides de mi calendario particular, se me mete de madrugada, entre la funda nórdica y el pijama de ositos, un compañero tardío y que no ha sido invitado.

Y me pasa la vida por la espalda como las escenas de un documental en blanco y negro, filmado en el pasado con rudimentarias mañas y sin banda sonora original, en el más oscuro de los silencios. Es, precisamente, ese silencio el que me despierta sobresaltada. La noche cruje en su duermevela inconstante, un motor lejano, alguna tubería inestable, la respiración de otro ser humano, todo ello convoca a los familiares fantasmas a una cita nocturna, nada galante, poco amorosa.

Dicen que es uno de los síntomas inequívocos del comienzo de la decadencia de nuestro pequeño imperio, la ausencia de sueño, el desvelo nocturno, cuando hasta hace poco no existía cañonazo capaz de arrancarme de los amantes brazos nocturnos. Y le pregunto a la del espejo si esas bolsas bajo los ojos son por falta de sueño o porque está caducando la piel, ahondo en la imagen familiar, tantas veces pasada por alto, en busca de esa ausencia que marca algo tan real como el paso del tiempo.

Me estoy haciendo mayor, de repente constato –como todos, por otra parte- porque esta mañana, en vez de preocuparme por la inesperada novedad que me visita cada noche, he pensado que puedo sacarle jugo, que así tengo más tiempo para leer y para trasnochar, para hacer locuras… o para lo que me dejen.

En fin.
 
LaAlquimista


Foto: C.Casado (Realidad)

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