domingo, 11 de mayo de 2014

"Lectura basura"

 
De que se celebre cada año el Día del Libro tienen la culpa Cervantes y Shakespeare por haber tenido la ocurrencia de fallecer ambos en la misma fecha: 23 de Abril de 1616. Luego llegó la oportunidad de un valenciano, Vicente Clavel Andrés, que consiguió allá por 1930, que se instaurara como fiesta del libro la fecha citada y coincidiendo con la festividad de Sant Jordi se le añade de esta manera el folclore de la rosa a la ofrenda del libro entre enamorados y personas que se quieren en general.

“Un libro al año no hace daño”, que diría aquél… y yo pienso, que ni por esas se va a solucionar el tema del inmenso desierto de incultura en que se mueve la masa lectora española. Lectora sí, pero ¿de qué?

Al igual que existe la comida basura existe también la lectura basura y, como aquélla, es la forma de llenarse sin alimentarse debidamente, envenenando de a pocos el organismo (y la mente) e introduciendo el germen de tantas enfermedades que se desarrollarán sin remisión en el mismo.

Que hay libros buenos y libros malos nadie lo pondrá en duda, pero que hay lectores buenos y lectores malos debería ser tomado en consideración. Las promociones editoriales de cara al Día del Libro buscan vender, no elevar el índice cultural del individuo. Y lo más fácil es proporcionarle “lectura basura”, con buen aspecto y “olor” apetecible.

Cualquier libro que cuente la vida de alguien famoso con un punto de escándalo, cualquier novela de tres al cuarto que enganche al lector y le mantenga horas atado al sillón empapuzándose el cerebro de estupideces de ficción que soñará posible extrapolar a su anodina vida real. Cualquier libro que descubre –por enésima vez- la quintaesencia de la felicidad, que muestra los mil caminos del optimismo a través de nuevos conceptos morales, éticos y psicológicos con nombre imposible de pronunciar. (Sobre todo porque están en inglés).

Nadie en su sano juicio aceptaría que un comedor de “fast food” pueda ser un gourmet; de la misma manera ningún lector de “lectura basura” es un lector auténtico. Y mucho menos si su “ingesta” de libros se reduce al bestseller del día del libro… aunque venga con una rosa.

Compremos un libro –o dos o tres- pero que sea un libro sano y de calidad escrito por un “chef” y no por un oportunista que se las da de escritor. Como recomendación infalible, los clásicos.

Ahí queda eso.
En fin.

http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50

LaAlquimista

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