sábado, 3 de mayo de 2014

Paseos mañaneros nada solitarios


Los lunes suelen ser días sacrificados porque hay que quemar los excesos gastronómicos del fin de semana y poner el contador a cero de nuevo. Así que mi plan del lunes es madrugón al canto y perderme lo más lejos posible del asfalto; pero con esta recién estrenada primavera mi corazoncito me pedía recorrer los diez kilómetros de rigor por zona urbana. Empecé el recorrido subiendo por el vial que comunica Amara con el Antiguo -a paso moderado por aquello del calentamiento- para llegar a Ondarreta en veintidós minutos acalorados pensando en acelerar hasta el Peine del Viento y hacer una media de casi seis kms. a la hora que ya está más que bien, aunque debo señalar que ni “footing” ni “jogging”, yo ando a paso ligero, pero no pudo ser.


Me quedé embobada contemplando el mar, la playa en marea bajísima, los cortavientos que han instalado (¿quién los ha puesto?) en la arena, el chiringuito de la playa con sus mesas y sillas, oliendo ya a fritanga playera… y la gente, caminantes, paseantes, deportistas, jubilados, jóvenes, hombres, mujeres empujando cochecitos, con perro y sin perro… Pero… ¿acaso no es lunes laborable? ¿Qué hace toda esta gente “invadiendo” los paseos antes de la hora del Ángelus?


De vuelta del Peine, bajé a la playa y, atravesé por el paso del Pico del Loro hasta La Concha, ya no tan deprisa por aquello del freno de la arena Me sorprendió cruzarme con muchos paseantes, haciendo ejercicio o remoloneando con perros sueltos que retozaban felices en la arena, corriendo desaforados en pos de pelotas y palos que sus amos les arrojaban… alguno se daba un baño (algún bañista) y casi todos defecaban a su gusto (los perros) sin que viera gesto alguno por parte de sus amos de “llevarse a casa” el regalito del chucho. Una señora, civilizada ella, cubrió con arena lo que había dejado su can. (Y que conste que todo eso NO es biodegradable… según explica en su libro Kathleen Meyer “Cómo cagar en el monte. Una aproximación ecológicamente sensata a un arte perdido”, extrapolable a la playa, supongo.


De la arena al Boulevard y de allí a la Zurriola, más paseo, más playa, más gente por doquier… pegué un giro por la Avenida de Navarra y atravesando las colinas de Eguia llegué al Parque de Cristina Enea y su frescor frondoso y ¿solitario?; quizás otros días, ayer estaba medio Donosti inaugurando la primavera por su cuenta…


¿Jubilados, parados, amas de casa, desocupados, estudiantes sin ir a clase, trabajadores de vacaciones, de permiso o de baja por enfermedad? Curioso, de verdad. Es lo que tienen los lunes, que a la gente le gusta relajarse después del fin de semana…

En fin.

http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50
LaAlquimista
Fotos: C.Casado

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