Que ya está bien de quejarse, que no todo van a ser penas y murrias.
Empecemos por el principio.
En el principio éramos nosotros y luego fuimos creciendo. A la par que nos alargaban los pantalones o nos acortaban las faldas la inteligencia iba entrenándose para competir. O para evitar competir, pero aprendíamos a movernos por el mundo procurando que no nos echaran del todo del nido por si necesitábamos un refugio en tiempos de vacas flacas.
Luego acabó la guerra y vino lo que vino. (Paréntesis). Y nos enamoramos y nos desenamoraron varias veces aunque seguimos siendo “vírgenes” en muchas disciplinas. (Sin chistes). Y pasamos de recibir regalos a ponerlos en los zapatos y casi sin darnos cuenta nos empezaron a hablar de usted los críos que preguntan la hora y ahora estamos como en el chiste de la piscina llena de porquería, pidiéndole a la virgencita“que no haga olas”.
Pues no. Muy mal. Hasta aquí hemos llegado (por lo menos esta semana)
Deberes para la semana.
Vamos a hacer la lista de todas las cosas buenas que hay en nuestra vida. Una lista a la que le pondremos muchas estrellas o que estará un poco estrellada, pero que no va a ser juzgada por ningún entendido en el asunto de cosas felices, de esos que cobran por decirnos dónde está el gozo y dónde las sombras.
Empiezo yo:
1º-Lo mejor de mi vida es que estoy viva y con pocas “goteras”. (A partir de aquí desgrano todo lo demás)
(Es decir, primero yo, que soy el eje de todo esta historia)
2º-Lo segundo mejor de mi vida es que “siento” muchas cosas por dentro. Amor que me alegra y comparto e ilusiones que me encienden los ojos y el alma. (Es decir, mis sentimientos y emociones)
3º-En tercer lugar están mis hijas. Las quiero más que a mí misma. O igual como mínimo, no vayamos a exagerar. (Se alimentan del punto 1º y 2º)
4º-Aquí viene el resto del mundo. Unas personas íntimas y cercanas, amigas, y pocas enemigas. Buen equilibrio. (Aunque no siempre haya sido así)
5º-Hablemos de lo material. Tengo techo y dinero para comprar ropa y comida. (Alguna vez tuve mucho y otras mucho menos, como las mareas en el Cantábrico).
Ya.
Nada más.
No tengo quejas. Porque no tengo derecho a tenerlas.
En fin.
LaAlquimista
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